Lleno hasta la bandera para ver el desfile de la diseñadora que cuenta con un público muy fiel, siempre anhelante de ver sus originales propuestas.
Cromatismo: Aunque a nadie sorprende que en los desfiles de Ágatha Ruiz de la Prada esté presente el color, este año más que nunca ha sido uno de los elementos más destacados de sus propuestas para la próxima primavera verano de 2014. Y decimos ‘este año más que nunca’ porque, independientemente de los típicos cortes y patrones de la diseñadora con sus llamativas formas geométricas y que constituyen el ADN de la firma (que la gente espera, todo hay que decirlo, con verdadera fruición), merece la pena mencionar las piezas con las que ha abierto la pasarela y que podrían definirse como verdaderos lienzos en blanco que han servido de fondo para pintar a base de color, a modo de grandes brochazos. Un color que se ha extendido al resto de la colección, esta vez en forma de ‘color block’: naranjas, azules, rojos, amarillos, verdes, fucsia…
Siluetas: Dos palabras para definirlas: cómodas y muy variadas. Así, hemos podido ver camisas que se transforman en vestidos; ‘shorts’; minifaldas; pantalones pitillo u ‘oversize; vestidos y faldas que se ciñen a la cintura, mientras otros la esconden con formas redondeadas (las típicas faldas globo) o cortes ‘évasée’ que contribuyen a dar movimiento a las prendas.
Tejidos: El algodón en todas las versiones posibles, pero también el punto, la seda, el raso, la tafeta, el neopreno (muy presente en otras colecciones que hemos podido ver en MBFWM) o el lúrex.
Complementos: Ágatha Ruiz de la Prada (que diseña su propia línea) ha acompañado sus propuestas con bolsos de mano en los más variados materiales, desde el charol hasta el plástico; también merece la pena destacar las coloridas sandalias de tiras y las originales gafas que lucían las modelos
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