El desfile de Ulises Mérida
Ulises Mérida ha puesto el toque 'caótico' a la pasarela de Fashion Week Madrid con una propuesta en la que el orden no ha tenido cabida. Y es que, a través de su última colección, el diseñador no solo ha querido buscar el caos, sino que lo ha encontrado y plasmado en todas y cada una de sus piezas. Si la edición pasada vimos como las tonalidades blancas, amarillas y rosas eran las protagonistas de muchos de sus diseños, en esta ocasión la gama cromática ha generado una alteración que pasaba desde el eterno negro a la oscuridad de los marinos, burdeos y morados, pasando por la luminosidad de los verdes, dorados y naranjas, lo que ha tenido como resultado una explosión de color.
Pero el abismo no solo ha estado presente en las diversas tonalidades, sino que su propuesta se ha caracterizado también por sus acabados dispares, que han navegado entre tejidos metalizados y mates. La rotundidad de los acolchados, baguillas y tricots -con aberturas- se ha fusionado con la textura líquida y fluida de crepés, satenes y gazares, componiendo así una colección en la que todo tiene cabida. Un caos del que han surgido prendas asimétricas y sencillas en los cortes superpuestas unas sobre otras, dejando a un lado los manuales de estilo que han estado impuestos durante años.
Así como tras la tormenta siempre llega la calma, tras el caos llega el orden y en su propuesta no ha faltado una buena dosis de accesorios donde las plumas han puesto el broche final a unos estilismos femeninos que guíaban una colección en la que los contrastes han sido una de las características más notables. Bajo una estética con pinceladas minimalistas, Ulises Mérida ha vuelto a hacer gala de su destreza con las telas y Caos ha sido el resultado.