Andrés Sardá

Fashion Week Madrid: Andrés Sardá

Nos adentramos en un hotel, en el que la sensualidad está a 'flor de piel'

 © Estrop
by Luis Javier Merino

Sube la temperatura en Fashion Week Madrid. Y no es de extrañar porque llegó el turno de conocer las propuestas de la firma de lencería Andrés Sardá. ¿Qué caracteriza su colección para otoño-invierno 2016-2017?, ¿con qué nos ha sorprendido, teniendo en cuenta que siempre su puesta en escena es espectacular?

DETALLES DEL DESFILE:

-Inspiración: Como punto de partida, el desfile se desarrolló como si hubiéramos viajado a unas montañas nevadas, en donde entre bosques blancos, se sitúa un hotel alpino. Pero no se trata de un establecimiento al uso; en él, lo que impera es la sensualidad.

-Puesta en escena: Al final de la pasarela, una pantalla de vídeo –ya un clásico en los desfiles de la firma- nos mostraba esas montañas y ese hotel tanto en su exterior como su interior. Recorremos sus pasillos, vemos sus ascensores, que se abren y cierran… y llegamos a la recepción. Todo ello, acompañado de clientes y ‘staff’. De ahí, que los estilismos de las modelos se inspiraran en botones, chofer, amas de llaves… y clientela, como por ejemplo una novia. Eso sí, entre este elenco de clientas, la principal fue… Bibiana Fernández. La actriz española abrió y cerró el desfile, en ambos casos, acompañada por el modelo O’Shea Robertson.

-Prendas: Y de entre estos ‘outfits’, vemos una colección lencera en la que se apuesta por la sensualidad; de ahí, el reiterado uso de transparencias, ‘coulottes’ elevados para estilizar las piernas, corsés, muchos ‘tangas’... Entre los géneros y materiales, destacan la organza de seda, el vernis, el raso, el tul, encaje de Chantilly, lúrex y aplicaciones de cristales de Swarovski.

-Colaboraciones: Una vez más, la firma cuenta con varias colaboraciones para que su desfile sea uno de los ‘shows’ más visuales e inolvidables de la pasarela. Por ejemplo, pudimos zapatos de Jeffrey Campbell, joyas de Rabat, pieles de Elena Benarroch… y, para vestir al único hombre sobre la pasarela –volvemos a hacer referencia al modelo O’Shea Robertson- un esmoquin de la firma Juan Avellaneda.

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