Fashion Week Madrid: Ana Locking

Nos trasladamos a la década de los 20 del siglo XX, a la felicidad de esos años que fueron el preámbulo de la gran depresión que llegó con el ‘crack’ del 29. Pero no, Ana Locking no quiere que, sobre su pasarela, se reinterprete una moda que parezca invitarnos a bailar el charlestón. Sino que fusiona está década con los tiempos actuales adaptando cortes propios de hace 100 años con otros muy actuales. Así, llega a Mercedes-Benz Fashion Week una colección conceptual, fiel a esa deconstrucción de patronaje a los que nos tiene acostumbrados esta creadora y que, a la par, la convierte en una de las más aplaudidas de esta pasarela.

Título: ‘Time Capsule’.

Propuestas: Predominio de líneas redondeadas, con faldas por encima de la rodilla y asimétricas y largas para la noche. Llaman la atención sus chaquetas, con cortes en ‘V’ invertida en el frontal y que toman como base el patrón clásico del frac. Su visión de la fiesta se traduce en vestidos de seda en blanco y negro, que se complementa con cinturones metálicos de chapa dorada.

Detalles: Ana Locking, fanática de los estampados, recurre a los topos como dibujo estrella de su colección de otoño-invierno 2012-2103, pero los presenta en dos vertientes muy contrapuestas: ‘XXL’ o ‘minis’. Tan pequeños pueden llegar a ser que parecen salpicaduras de tinta negra. En el caso de los hombres, también incorpora el tartán. Por otro lado, tampoco hay que dejar pasar por alto la utilización de flecos de lana y lúrex, de césped de lúrex y de ‘paillettes’ en rosa chicle y azul celeste para crear sus prendas más psicodélicas, que se contraponen a otras confeccionadas con tejidos más rígidos y clásicos como la lana, la franela y la sarga.

Para ellos: ‘Looks’ de estilo ‘dandy’, con chaquetas estructuradas, gabardinas y pantalones pitillo que dejan al descubierto los calcetines, los cuales se tiñen en vivas tonalidades en contraste con el resto del conjunto; y camisas con cuellos de picos. Maletines y bombines se convierten en los accesorios que no deben faltar en el armario masculino, así como el pañuelo en la solapa.