Sereno e intelectual. Así es el hombre pensado por
Josep Abril para el
próximo otoño-invierno. Una colección en la que las prendas evolucionan y donde nada es lo que parece:
juegos de volúmenes y superposiciones, donde las vanguardistas aberturas horizontales y las abotonaduras sorprenden a la vista.
Los pantalones destacan por la multitud de tendencias:
las líneas fluidas, tipo chándal, y extremadamente urbanas, conviven con hechuras que tienden al pitillo, y en las que las costuras se enroscan alrededor de la pierna. Los cortes tobilleros se actualizan gracias a los tejidos y los colores, en
malva, marino, gris y verde salvia, y el
baggie sobrevuela los modelos más anchos, jugando con las construcciones en pinza que se abotonan a los chalecos y camisetas de lana. La nota extravagante: los excesivos pantalones elaborados en tricot negro que ha lucido uno de los modelos, con los bajos tejidos en ochos.
La silueta se compensa dividendo el cuerpo en dos mitades: el hemisferio norte adquiere volumen cuando los pitillos están presentes en el sur, y viceversa. De este modo, el diseñador catalán
alterna las chaquetas entalladas de punto con las abultadas pieles de pelo, aplicadas a jerséis y chalecos en tonos mate. El ingenio hace su presencia en las capuchas y cuellos vueltos, que juegan a ser bufandas, trucando el largo y la caída del tejido.