La diseñadora madrileña ha sido la encargada de inaugurar la tercera jornada de la pasarela madrileña. Con un fondo de escena ambientado en un salón palaciego,
Alma Aguilar presentó una femenina colección de vestidos largos y en versión ‘mini’ en los que cobran un absoluto protagonismo los plisados, drapeados, los volantes, los detalles florales en tela y efectos brocados, aunque también se pudieron ver cuerpos muy armados, limpios de cualquier exceso, de manera que la diseñadora encuentra un elegante equilibrio entre el adorno y un
sofisticado toque minimalista. Como resultado, sus propuestas respiran una elegancia muy chic con siluetas muy marcadas y colores que van desde el negro, el blanco, el rosa palo, el morado, azul celeste hasta la utilización de tonos tornasolados.
Además de su colección de vestidos de fiesta, Alma Aguilar también hizo hueco para mostrar
blusas livianas con detalles de lazos, chaquetas entalladas que acompañaban a la perfección el consabido pantalón pitillo, esta vez con bolsillos bajos y dos versiones de cintura: baja y alta.