Volúmenes delante o detrás, arriba o abajo, a un lado o a otro... está claro que la diseñadora burgalesa vuelve a poner de manifiesto cuál es su ‘libro de estilo’ a la hora de confeccionar sus propuestas: un predominio absoluto de los efectos geométricos a través de volúmenes cúbicos o esféricos, que conducen a formas escultóricas en tres dimensiones.
Vestidos por encima de la rodilla y minifaldas se combinan a la perfección con llamativos leggings confeccionados con pailletes; en otras ocasiones, son las pieles de pelo las que se alternan con materiales como el fieltro, el poliuretano, la gabardina o el punto grueso.
Hombros redondeados, golas que se convierten en vestidos, así como patrones confeccionados en armaduras blandas para dar lugar a prendas que se ondulan creando originales formas. En cuanto a la paleta cromática predominante en su colección, bastante sobria, por cierto, Amaya Arzuaga apuesta por colores como el verde musgo, el gris, el negro o el beis.